ARTICULO: Emular en la práctica a los padres de la patria
Por Roberto Rosado Fernández
Emular en la práctica a los padres de la
patria es una tarea de cada día. No es suficiente con que cada centro educativo
realice un acto conmemorativo para resaltar su gloria cada vez que se acerca su
natalicio o el acontecimiento que los catapultó como padres de la patria, Es
necesario y urgente hacer algo mas, Hay que hacer algo más, mucho más.
El
ideal de Juan Pablo Duarte, de crear una nación libre y soberana de toda nación
extranjera, incidió rápidamente en la juventud. A través de la escuela política
le inculcó la necesidad de promoverla y
de hacer que cada ciudadano, no sólo la asimilara, sino que trabajara para
concretarla.
El
ingreso de los jóvenes al ejército haitiano para aprender estrategia militar;
la creación de la sociedad secreta la trinitaria, la filantrópica y la
dramática como mecanismos organizados, políticos y culturales, para incidir por
esas vías a la creación de conciencia, más la firma del juramento por el cual
se asume el compromiso de ofrecer su vida, si fuere necesario, en aras de
lograr el propósito de crear una república libre soberana e independiente de
toda potencia extranjera, es el preludio y la muestra de hasta dónde fue
asimilado este ideal.
El
núcleo que se juramentó el 16 de julio de 1838 debió buscar nuevos adeptos.
Cada vez eran más los que ingresaban, Matías Ramón Mella y Castillo y Francisco
del Rosario Sánchez del Rosario fueron de los cooptados en esa labor. Estos se
integraron con tanta decisión a la causa
de la independencia que jugaron, en el futuro inmediato, papeles decisivos
desde donde mostraron su valor, corage y
valentía, su capacidad de organización, su estrategia de lucha y de suplantar
al líder ideólogo en cada ausencia que la agresividad del enemigo le causó.
La
coyuntura previa a la proclamación de la república, en 1843, colocó a Sánchez y
Mella en la antesala de la gloria que hoy la sociedad dominicana le reconoce.
La táctica utilizada para aportar al derrocamiento de Boyer, su principal
enemigo, probó su convencimiento del propósito que perseguían y el apego al
ideal impregnado por su maestro Juan Pablo Duarte.
Los
acuerdos logrados con el grupo conservador para producir el nacimiento de la
república fortalecen su táctica a pesar de las contradicciones que se veían
venir en el futuro inmediato.
La
proclamación de la república es un escenario que, tras la ausencia de Duarte,
exiliado por Charles Herard, les ofrece la oportunidad del trabucazo a Mella y,
a Sánchez, el enhestamiento de la bandera anunciando el nacimiento de la república,
hechos tomados en consideración para otorgarles la condición de acompañar a
Duarte como padres de la patria.
Cuando
los conservadores intentaron, bajo la dirección de Santana y Bobadilla, entregar la nación a Francia, el deber y la conciencia
los llamó para impedirlo. La
circunstancia no le favoreció y fueron declarados traidores a la patria y
expulsados del país.
Cuando el general Pedro Santana en 1861 anexa
el país a España ahí están nuestros padres dispuestos a ofrendar su vida para
restablecer la condición de libres e independientes, haciéndole honor al
contenido del Juramento Trinitario de 1838.
La
lucha de los liberales, impregnada en los ideales Duartiano restauró el país
otorgando nuevamente la condición de república y catapultando a Duarte, Sánchez
y Mella como padres de la patria, condición que ostentan indefinidamente.
La preocupación que existe en estos tiempos es cómo lograr que la ciudadanía rinda el honor que estos
próceres merecen y tenerlos presentes en cada actividad que realicemos. Me
parece que cada institución, pública y
privada, debe incluir permanentemente acciones que eleven los valores patrios;
en los bancos y las oficinas debe existir literatura alusiva a nuestros héroes.
Los medios de comunicación deben en su
programación incluir ideas alusivas a la
patria, sobre todo del decálogo Duartiano y de su ideario. Evitar la proyección
de imágenes en fílmicas que contrapongan los valores patrios y, en la radio
evitar el uso de lenguaje que atente contra la defensa de la patria.
La
bandera, el escudo y el himno nacional deben reverenciarse tal y como establece
nuestra constitución.
Hoy,
mañana y siempre los valores patrios deben elevarse y es responsabilidad de
cada ciudadano hacer que eso se cumpla a pesar de que la mayor responsabilidad
corresponde al estado.
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments