HISTORIA SANJUANERA: Batey Maguana
Por: Ike Méndez/Identidad Sanjuanera
Existe en Juan de Herrera, municipio de la provincia de San Juan, República Dominicana, una localidad arqueológica, restos de un santuario, o parque ceremonial, en el cual se aloja una piedra sagrada, encerrada por hileras o muros de piedras que asemeja en principio un centro de adoración de nuestros aborígenes, lugar utilizado para propósitos religiosos y ceremoniales.
La disposición de las piedras nos hace recordar a los ostiones, los cuales “fueron los primeros en realizar poblados oblongos y redondos cuya vida sedentaria está comprobada por los fechados de radiocarbono”[1].
La forma fálica de la piedra, nos hace suponer función mágico-religiosa, ligada posiblemente a ritos o cultos a los antepasados. Recordemos que “La litolatría o adoración de las piedras, es una costumbre universal, ligada a la más antiguas regiones que hoy se conocen, presentes también en los cultos de nuestros aborígenes, así como en los que llegaron como esclavos a nuestras tierras de África”.[2]
Sin embargo debemos reconocer que los cronistas españoles, asocian, al batey a los juegos de bolas de los taínos. Fray Bartolomé de las Casas al describir el juego de la Bola de los taínos de la Española escribió, “Tenían una plaza comúnmente ante la puerta de la casa del señor, muy barrida, tres veces más larga que ancha, cercada de unos lomillos de un palmo o dos de alto,…. La pelota llamaban en su lengua batey, la letra e lengua, y al juego, y también al mismo lugar batéy nombraban”.[3]
El Batey Maguana es de forma circular con unos 235 m. de diámetro y en el centro tiene una piedra grisácea más o menos fusiforme de aproximadamente 1.50 metros de longitud con una cara tallada en bajo relieve en uno de sus extremos.
Somos de opinión que el Centro Ceremonial, Batey Maguana, ubicado en el Valle Niti, en gran parte fue un lugar estratégico, centro regional integral de un conjunto de bateyes asociados a la Cultura Taína, donde se celebraban cónclaves, actividades de direcciones sociales, políticas y económicas, de los habitantes aborígenes de toda la región, bajo el mando del Cacique Caonabo.
Debemos continuar en la búsqueda del complejo de bateyes o yacimientos prehispánicos, asociados a este Centro Regional Prehispánico.
[1] Marcio Veloz Maggiolo, La Isla de Santo Domingo antes de Colón, Pág. 70.
[2] Shangó, Mito Poema del Fuego, La Piedra, Armando Ferrer Castro, Pág. 51.
[3](Las Casas, Apologética, III, CCIV, p.350). También consignó en su obra que “si era el pueblo muy grande, había otras plazas o juegos de pelota menores que la principal” (Idem,III XL, p.224).
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments