HISTORIA SANJUANERA: Monseñor Thomas F. Reilly
Fuente: Obra San Juan de la Maguana, una Introducción a su Historia De Cara Al Futuro, Luis Matos, José Enrique Méndez, Carlos Vicente Castillo
Tomas F. Reilly un autentico defensor de la democracia del Pueblo Dominicano y un claro exponente de los ideales liberales
Ilustre prelado se convirtió en un autentico defensor de la democracia del Pueblo Dominicano y un claro exponente de los ideales liberales, frente a la injusticia y a la opresión del trujillismo
Monseñor Reilly, pastor celoso, bondadoso y caritativo con los más pobres y necesitados; su fortaleza y su fe le llevó a soportar persecuciones y amenazas, cuando el pueblo dominicano hizo esfuerzos por restablecer la democracia gubernamental. A sus fieles les decía: “No se olviden nunca de que Uds. no están llamados a servir a Cristo en el espíritu de cobardía. En estos días oscuros deben ser Uds. discípulos dignos de Cristo el valiente. Imiten a los sacerdotes y monjas heroicas que trabajan en medio de Uds. Ellos han sufrido mucho… por el amor a Uds”.
Este sacerdote norteamericano, católico, de la Orden de los Redentoristas (CSSR) nació en Boston, Mass. USA. el 20 de diciembre de 1908, siendo ordenado el 10 de junio de 1933.Tomás F. Reilly, estudió en la Universidad Católica de Washington, donde se graduó de Doctor en Derecho Canónico e inició su carrera con prédicas religiosas en el Este de los Estados Unidos, desde los años de 1938 a 1942, siendo luego nombrado capellán de la infantería durante la II Guerra Mundial, ejerciendo este ministerio en Alaska, Filipinas y Japón.
"En 1947 pasa a Puerto Rico para misiones parroquiales hasta febrero de 1948" . En 1948 llegó a la República Dominicana, dedicándose a atender las parroquias de San Juan de la Maguana y de Barahona. El periódico Hoy, en su recuento de 100 años de Historia, afirma que el 15 de diciembre de 1953, El Vaticano anunció hoy la creación de tres nuevas circunscripciones eclesiásticas en la República, "Las nuevas diócesis dominicanas serán la de Santiago y de La Vega, en la región del Cibao y la Prelatura de San Juan de la Maguana”. Sin embargo, para otros "La Prelatura Nullius de San Juan de la Maguana, fue creada por la Bula Si Magna Et Excelsa, del 25 de septiembre de 1953" y en ella ejerció Thomas F. Reilly, C.SS.R, desde 1953-1956, con cargo de Administrador Apostólico y "Obispo titular de Temisonio-Prelado desde los años de 1956-1969" .
Algunas fuentes afirman que "el 16 de marzo de 1954" fue nombrado Administrador Apostólico. La Diócesis de San Juan de la Maguana, fue creada "por la Bula Summopere Laetates, del 21 de noviembre de 1969" , siendo su primer obispo Tomas F. Reilly. La diócesis de San Juan abarcaba las cinco provincias del Suroeste.
En los años de 1960, los sectores más progresistas del pueblo dominicano, incrementaron sus luchas en procura de lograr la caída del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina. "Las múltiples contradicciones estructurales que comportaban el esquema trujillista de dominación se vieron acompañadas desde 1958 por la apertura de una situación coyuntural cuyo efecto principal consistió en agudizar enormemente el alcance de dichas contradicciones básicas".
Algunos factores coyunturales de la crisis fueron:
El deterioro de los términos de intercambio en el exterior, con la consecuente caída de los precios de 1958 y estancamiento del producto interno bruto y un consecuente deterioro en los niveles de vida de la población.
Disminución brusca de las tasas de inversión.
El intenso auge de las luchas libertarias y democráticas en la zona del Caribe. En aquellos días la oposición cívica estaba encabezada por el Movimiento Revolucionario Catorce de Junio, el cual recibió la agresividad y represión del régimen, siendo apresados y torturados sus máximos dirigentes. La Iglesia Católica, en contra de esta hostilidad ejecutada a esta juventud valiente, se opuso públicamente, dando a conocer la célebre Pastoral del 31 de enero;
una carta suscrita por todos los obispos, en la cual Anunciaba el combate de la Iglesia Católica contra el régimen. "La simbiosis Iglesia-Estado resultaría impúdica para el pueblo dominicano en un período de tanta represión e injusticia".
El recuento de '100 Años De Historia', del Periódico Hoy, correspondiente a 1960, comenta: "La alta jerarquía de la iglesia católica del país, justo dos semanas después del descubrimiento de la existencia del Movimiento 14 de Junio, eleva una formal protesta por los grandes desmanes y abusos cometidos por el régimen de Trujillo, leyendo una carta Pastoral en todas las iglesias del país en la que reclama la vigencia de los derechos humanos y recodando a las autoridades que 'únicamente Dios, autor de la vida' tenía el derecho de quitarle la vida a un ser humano".
Fragmentos de la Pastoral de enero dice: "es una gran ofensa a Dios suprimir los derechos individuales derivados del derecho natural, y que incluyen los derechos democráticos de libertad de conciencia, de prensa, de reunión, y la defensa de esos derechos se antepone a la defensa de cualquier Estado (…) Monseñor Reilly, alentado por el nuevo nuncio Apostólico de su Santidad, Mons. Lino Zanini, era el principal ideólogo del movimiento. Tal actitud, llevada a cabo no sin riesgos de perder la vida, le granjearon amplias simpatías populares".
La iglesia, que había firmado antes un Concordato de colaboración con Trujillo junto al Papa, Balaguer y Anselmo Paulino, entre otros, alejóse de Monseñor Pittini, el máximo prelado, de origen Italiano "uno de los íntimos colaboradores del déspota" dejando de ser "uno de los aparatos más decisivos de sostén de la tiranía trujillista".
La iglesia asumió un papel protagónico frente al régimen, de forma tal que el 4 de marzo, Monseñor Panal, en su histórico Sermón, frente a Trujillo, describe con tonos dramáticos los sufrimientos de los que han perdido a sus seres queridos, los que sufren destierro o prisión injusta, y denuncia: "Estimo como cosa casi cierta que Vuestra Excelencia, querido Jefe, no estáis bien enterado-al menos, minuciosamente de la abominable campaña atea, anticlerical, antisocial, antitrujillista perfecta y comunista pura, que están llevando a cabo, desde hace poco, voceros de la radio y prensa nacionales, en la forma más sacrílega e impía (…) En su carrera triunfal de abominación despiadada no han dejado nada; lugar, cosa, persona, institución divina y sagrada que no hayan denigrado, profanado vilmente en su o propaganda radial e impresa (…) De tal suerte, que ya no tenemos templos en todo el territorio nacional, querido jefe, que no estén execrados, ni personas sagradas que no hayan sido sacrílegamente escarnecidas, ni instituciones divinas y religiosas que no hayan sufrido calumnias y vejaciones oprobiosas" .
Eran días difíciles. En aquellos días, el 27 de Febrero de 1961, en carta pública, Juan Bosch le decía a Trujillo: "En este instante histórico, su caso puede ser comparado al del ágil, fuerte, agresivo y voraz tiburón, conformado por miles de años para ser el terror de los mares, al que un inesperado cataclismo le ha cambiado el agua de mar por ácido sulfúrico; ese tiburón no puede seguir viviendo".
En esos días también, Thomas F. Reilly, sumó a su discurso de amor y caridad, el discurso de la libertad pública: "Una carta de Monseñor Reilly fue leída en todas las iglesias de San Juan de la Maguana. En ella acusaba al gobierno de practicar "actos de intimidación y persecución contra la iglesia, así como violar los derechos humanos".
La histórica carta de Reilly denunciaba que el Padre Roger Roselle había sido expulsado "después de ser secuestrado y golpeado repetidas veces por la policía secreta....las autoridades militares y civiles de varias poblaciones han tratado de intimidar a los jóvenes de la Acción Católica y hombres y mujeres de Confraternidades religiosas" .
También fuera del campo diplomático, los Estados Unidos a través de sus servicios de inteligencia buscaban la caída tanto de Trujillo como de Castro Roberto Cassá dice al respecto: "En esta coyuntura política el imperialismo se fue distanciando de Trujillo hasta hacerse francamente adverso desde inicios de 1960. En el trascendental rompimiento entre Trujillo y los norteamericanas hay que ver por una parte el hecho de que las tendencias nacionalistas de Trujillo tuvieron que agudizarse en el contexto de la crisis, lo que expresaba en campañas contra empresas norteamericanos (como fue el caso de la Compañía de Teléfonos) o de difusión de propósitos políticos contrarios a los Estados Unidos, como se hacía a través de la emisora semioficial Radio Caribe".
Jhont Bartlow Martin, ex Embajador Norteamericano en el país, en su libro El Destino Dominicano Expresa: "Se veían carteles por todas partes Dios y Trujillo. Al final de su gobierno quiso que se cambiase el orden Trujillo y Dios y tuvo dificultades con la iglesia porque quería el titulo de Benefactor de la iglesia. Fue una de las pocas batallas que perdió".
Los sicofantes del régimen emplearon todos los medios para enfrentar y desprestigiar a los obispos, fue el caso de los ataques difundidos por Radio Caribe contra Reilly, en marzo de 1961: "Nos prometemos replicar oportunamente las falaces afirmaciones del engreído ensotanado, quien siempre habla babosadas por el estilo, cuando se encuentra en estado de embriaguez, lo que es frecuente en él, por el uso diario y exagerado del whisky yanki de baja calidad".
En San Juan de la Maguana, llamada entonces provincia Benefactor en honor al tirano, el 1 de marzo de 1961, fue incendiada la puerta de la Catedral por agentes del Servicio de Inteligencia Militar, marcando el inicio de la campaña contra Monseñor Reilly.
Se desató una cacería contra la Iglesia. Los hechos históricos protagonizados en San Juan señalan que el 7 de abril de 1961 el SIM acusaba a Reilly y demás sacerdotes de terroristas y de "haber organizado un complot contra el gobierno, acusándolos de colocar bombas, como parte de un plan que buscaba crear en la opinión pública la idea de que el gobierno dominicano agredía al clero"(56,9), buscaban una excusa para expulsarlo del país y acabar con la dirección de la oposición eclesiástica contra la dictadura, que junto a Monteños, Ramírez, Mons. Pepén, Polanco Brito y otros habían decidido organizar.
El 10 de abril de 1961 los sicofantes del régimen trujillista en San Juan de la Maguana, bajo la dirección del Partido Dominicano, organizaron una manifestación, pidiendo la deportación de Reilly .
Las fotos de los periódicos de la época destacaban letreros y pancartas que describían al obispo como un "famoso gángster", otros decían: "necesitamos curas dominicanos,...no gringos terroristas (…) el obispo y su comparsa son una manada de hijos de la gran..." .
Luego, el obispo fue formalmente sometido a la justicia por su participación en las actividades terroristas. El obispo y la feligresía soportaron los vejámenes más aberrantes: “Mujeres recogidas en centros de lenocinio son transportadas a las iglesias; en la catedral de San Juan, decenas de estas mujeres se alzan las faldas y danzan con alegría, se muestran de frente, de lado, de espalda, y con esas lenguas bendecidas por Dios antes de la creación de la misma iglesia, dicen todo lo que ellas tienen que decir a los curas y monjas que solo dicen perdónales, Dios mío” (117,216). Al día siguiente, bandas dirigidas por agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), asaltaron la Casa Curial, así como la residencia de Reilly, destrozando el mobiliario de ambas residencias, y varios vehículos.
Reilly, con alma atormentada, desgarrada frente a la debilidad humana que lo acosaba injustamente, optó como medida de protección, trasladarse a la Capital junto a doce sacerdotes y catorce monjas de los pueblos vecinos; se hospedaron en el Colegio Santo Domingo.
El pueblo de San Juan de la Maguana recuerda el arrojo de John Kelly, el cura Redentorista, quien con heroísmo enfrentó con uñas y dientes las turbas, junto a sus compañeros John Schomber y Bernard O'Connor.
La provocación del régimen llegó a los extremos de que “en las iglesias, en los mismos altares, se colocan sustancias malolientes. En San Juan de la Maguana, una turba Trujillista avanza hacia la iglesia. Algunos curas se arremangan la camisa y vengan, entren que vamos pelear como hombres”. Los tres valientes Curas fueron deportados y Kelly desde San Juan Puerto Rico "declaró al The New York Time que una turba organizada había saqueado su iglesia en San Juan de la Maguana después de que tanto él como el Padre Schomber, habían tratado de impedir que entraran a la misma elementos sospechosos de llevar bombas".
Kelly denunció "que una turba organizada estimada en 10,000 personas y lidereada por 400 soldados, había saqueado su casa y otras propiedades de la iglesia valoradas en US$100,000. Enfatizó cuan organizado había sido el hecho, al comentar que cada oleada de ataques de una parte de la turba duraba unos quince minutos antes de cesar, para ser remplazada por ataques de otro grupo. Luego del asalto a su casa, la turba le cayó a pedradas a la residencia de Reilly, usando piedras convenientemente ubicadas en un camión parqueado al lado de la residencia, este último ataque duró unas cuatro horas". También informó el Padre Kelly que Trujillo intentaba expulsar a los religiosos extranjeros, para así poder intimidar mejor a los sacerdotes criollos. Dijo que después de esa experiencia se había dado cuenta cómo el miedo influía en la gente y podía entender lo de los campos de concentración en Alemania. Esa acción de Trujillo provocó que grupos de exiliados en Nueva York le solicitaran al Papa que el dictador fuese excomulgado" .
Años más tarde Tomas F. Reilly, decide poner término a su carrera sacerdotal, "el 20 de julio de 1977 es aceptada su renuncia que él había presentado al Papa por haber llegado a los 75 años" .
En 1986 Tomás F. Reilly, se retira a los Estados Unidos por quebrantos de salud y "muere el 21 de julio de 1992 en la ciudad de New York"(64). El obispo de la Diócesis de San Juan, Monseñor José Dolores Grullón Estrella a propósito de su muerte dijo: "Solo una enfermedad terrible logra alejarlo de esta tierra que tanto quiso. Nosotros conocimos su sencillez, su sinceridad, su amor por el pueblo de Dios. (…) Una resolución de la Sala capitular emanada del cabildo de San Juan de la Maguana, recordará a las futuras generaciones que "Reilly dedicó y arriesgó su vida durante 29 años de ejercicio sacerdotal en la Región Suroeste y en todo el país como su apostolado (…) ilustre prelado se convirtió en un autentico defensor de la democracia del Pueblo Dominicano y un claro exponente de los ideales liberales, frente a la injusticia y a la opresión del trujillismo".
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