ARTICULO: El Sistema de Pensiones dominicano (Régimen Contributivo), una mirada al debate actual (I)
https://www.elfogondesanjuan.com/2020/05/articulo-el-sistema-de-pensiones.html
Por Jorge Miguel Mateo Reyes,
Abogado.
Desde el inicio del estado de
emergencia por el COVID-19, se ha promovido en la palestra pública la idea del
uso de hasta el 30% de los fondos acumulados por los trabajadores formales en las
distintas administradoras de fondos de pensiones; dicha propuesta con el
objetivo de palear la posible crisis económica individual de cada trabajador
por la pandemia.
La propuesta ha tenido muchos
defensores y ha concitado cierto apoyo, pues es lógico que el trabajador quiera
hacer uso de su “ahorro” obligatorio en tiempos de incertidumbre económica.
Pero más que por la realidad actual, la idea de que sea tan atractiva la
propuesta, a mi entender, es por el deficit de credibilidad y confianza que
tienen actualmente las administradoras de fondos de pensiones y el mismo
sistema. Procedo a explicar dicha consideración en las próximas líneas.
El sistema de pensiones actual (o
nuevo Sistema de Pensiones), fue implementado a partir de la Ley No. 87-01 que
crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social. Entre otras cosas, en dicha ley
se establece el régimen contributivo el cual está basado en la capitalización
individual a partir de los aportes depositados en una cuenta propiedad del
“afiliado” (trabajador). Dichos aportes son una combinación de pagos efectuados
por los trabajadores (30%) y los empleadores (70%).
Al cabo de 360 cuotas/aportes realizados -en
principio, en razón de 1 por mes- y mínimo 60 años de edad, salvo excepciones,
el trabajador podrá obtener su esperada y ansiada “pensión por vejez”, lo cual
implica trabajar casi de manera ininterrumpida en el mercado laboral formal.
Es decir, el trabajador delega, de
manera obligatoria, su capacidad de administración de sus “ahorros” en una Administradora
de Fondos de Pensiones (AFP) bajo la presunción de que esta podría lograr mayor
rentabilidad, ya que las AFPs tendrían acceso a ciertos instrumentos
financieros, que por tema de recursos, estarían vedados al trabajador promedio;
lo anterior, sin introducirnos en la capacidad de ahorro que tendría que tener
el trabajador dominicano.
Ahora bien, la realidad actual es que
el trabajador promedio no percibe qué se hace con su dinero, no lo comprende.
En países con similares sistemas de pensiones, es constante la publicidad sobre,
por ejemplo, los proyectos ejecutados con fondos de pensiones (incluyendo
proyectos de infraestructura vial, viviendas, etc.), pero aquí…
Asimismo, la falta de confianza se
profundiza con los constantes reportes sobre como el trabajador promedio no
lograría una pensión digna por vejez al momento de retirarse, en algunos casos
la pensión ni alcanzaría los RD$10,000, lo cual se traduce en que el sueño que venden
las AFPs sobre una “buena administración” es deficiente.
Dichos reportes en muy pocos casos
son refutados por las AFPs, siendo un deber de estas defender su gestión, no del
gobierno, pues son empresas privadas. Esta dejadez por parte de las AFPs en
aumentar la confianza de los trabajadores en el sistema puede deberse a que
como los “aportes” son obligatorios, a quien hay que captar no es al
trabajador, aun cuando sea el beneficiario final, sino al empleador, por ende,
el objetivo de las AFPs es atraer a empleadores (mucho de los cuales están diseñando
día a día su propio plan de pensión al margen del sistema) por ende, no hay
incentivo alguno en explicar el funcionamiento del sistema, contrarrestar los
reportes sobre un futuro incierto y mucho menos aumentar la fe en el sistema.
Dado esto, el trabajador más que un
sentimiento de colaborar con el sistema, producto de la imposición/retención de ingresos
conjuntamente con la incertidumbre de que en realidad en 30 años podrá depender
de una pensión se genera un sentimiento de inconformidad, desapego y deseo de
modificación de dicha realidad; sentimiento el cual es entendible y por ende es
necesario, en su momento, discutirlo.
Es necesario entender que el sistema
de pensiones al igual que el monetario financiero (bancario) se basa en la
confianza, por lo que si no hay confianza en tu prestadora (AFP), la relación
se erosiona y por ende hay más espacio a propuestas de todo tipo, incluyendo
las propuestas populistas como la que actualmente se discute.
En una próxima entrega pretendo
continuar el análisis de este sistema así como ampliar sobre mi afirmación de
que la propuesta actual no implica una modificación estructural así como
tampoco con ella se lograría satisfacer el deseo de los trabajadores.
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments