ARTICULO: UN ALTO A LA ARROGANCIA Y SÍ A LA REFLEXIÓN
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Hoy ante esta amenaza que tenemos
en el mundo y que ya ha tocado nuestro país, en donde el temor a Dios se ha
perdido, en donde por diferencias política, religiosa o personal no somos capaces de unir nuestras manos ni
siquiera ante una crisis como la que nos ha llegado. Inicio mi artículo con
esta exclamación
¡Ay Dios mío!
¡¿Dónde está Dios, en mi momento de ansiedad y angustia?!
Esta es una exclamación y una pregunta que quizás, casi
todos, nos hemos planteado en algún momento de nuestra vida ante situaciones y
presiones internas en las que sentimos intensa ansiedad y angustia.
Pero tal parece
que el temor a Dios lo estamos perdiendo
La primera mención
del temor de Dios en la Biblia hebrea es
en Génesis 22:12,
cuando a Abraham se
le pide que deposite su confianza en Dios en el sacrificio
de Isaac «Continuó el Ángel: "No alargues tu mano contra el niño, ni
le hagas nada, que ahora ya sé que eres temeroso de Dios, ya que no me has
negado tu hijo, tu único"». En Isaías 11:1-3,
el profeta describe
el vástago que florecerá del tronco de Jesé y
menciona: «Reposará sobre él el espíritu de Yahvé: espíritu de consejo y
fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahvé.
Y se inspirará en el
temor de Yahvé». En Proverbios 9:10
se dice que «el comienzo de la sabiduría es el temor de Yahvé, conocer al Santo
es inteligencia». Las palabras hebreas se utilizan comúnmente para describir el
miedo a Dios.
Miedo que
tal parece hemos perdido, no los dominicanos, sino en el mundo
Ibn Paquda menciona dos
tipos de temor: uno más bajo, el temor de ser castigado, y otro más elevado, el
miedo ante la gloria divina.
Abraham ibn Daud diferencia
entre el miedo al daño —análogo al miedo a la mordida de una serpiente o a un
castigo del rey— y miedo ante la grandeza, comparable al respeto ante una
persona excelsa que no nos hará daño.
Maimónides categorizó el
temor de Dios como un mandamiento positivo, como el
sentimiento de la insignificancia humana derivada de la contemplación de «las
creaciones y las acciones de Dios, grandes y maravillosas».
Rudolf Otto, en
el Antiguo
Testamento la asociación entre lo santo y lo
«tremendo», es decir, aquello que produce temor, es común desde la
palabra «santificar una cosa en su corazón»,
Que implica «distinguirla por el sentimiento
de un pavor peculiarísimo, que no se confunde con
ninguna otra clase de pavor. Por eso la expresión «temor de Dios» se vuelve frecuente.
Y es que si podemos ver ante tanta maldad e intolerancia del hombre,
nuestro rey de reyes, el altísimo hará cumplir su mandato de cualquier manera.
Para que el hombre entienda y pueda retomar su vida en convivencia y sin tanta
mardad.
Sino observemos y pongamos atención a
las escrituras santas. Este año 2020 se
denominara El Año de la Biblia en donde se celebrará una propuesta para que
todos puedan leer más las Escrituras y tener acceso a ella. La cual busca la transformación del corazón
de las personas, según su propia visión, ya que cada día los pueblos se van
alejando y perdido la fe en Dios.
Para
los cristianos el año 2019 fue denominado el más sangriento de la historia de
los cristianos, Pero en el 2020 los terremotos de Irán, Puerto Rico, China,
Japón entre otros de menos magnitud. Se
están abriendo la tierra, EMITIENDO de
esta manera un mensaje de Dios.
Para
que podamos memorizar un poco y hacer un alto para que reflexionemos en nuestras
vidas y acciones veamos cómo se están cumpliendo las 7 últimas plagas.
PARA
MEMORIZAR LES DIGO: “¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre?
Pues solo tú eres santo; por lo cual todas las
naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado” (Apoc.
15:4). Apocalipsis 11:18 resume los sucesos en la Tierra justo antes de la
batalla final del Armagedón: “Se
airaron las naciones”
Esta situación en la Tierra coincide con la
descripción de Jesús sobre los últimos días (Luc. 21:25) y es seguida por la
ira de Dios, que son sus juicios en forma de las siete últimas plagas sobre los
impenitentes (Apoc. 15:1). Apocalipsis 15 comienza con la imagen de siete
ángeles con siete copas llenas de esta ira divina.
Pero, antes de que se derramen, tenemos un
pantallazo futuro del pueblo fiel de Dios (Apoc. 15:1-4). Se lo describe
victorioso “sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre”
(Apoc. 15:2), de pie sobre algo semejante a un mar de vidrio, y entonando el
canto de Moisés y el Cordero.
Estos
santos victoriosos son los mismos que se mencionan como los 144.000 en
Apocalipsis 14:1 al 5. Al haber rechazado la marca de la bestia, están
protegidos de las siete últimas plagas. Luego, en la Segunda Venida, sus
cuerpos mortales son transformados y se visten de inmortalidad (1 Cor.
15:51-54), y se unen a los santos resucitados cuando Jesús regrese con poder y
gloria (1 Tes. 4:17).
Las
primeras cuatro plagas “no son universales, pues de lo contrario los habitantes
de la Tierra serian todos eliminados
totalmente”
·
La
primera plaga inflige llagas dolorosas y repugnantes
exclusivamente a los adoradores de la bestia.
·
La
segunda y la tercera plagas afectan el mar, los ríos y
las fuentes de agua, que se convierten en sangre. Sin agua para beber, la
humanidad rebelde no podrá sobrevivir.
·
La
cuarta plaga afecta al Sol, y quema a la gente, causando un dolor
insoportable. El dolor insoportable causado por las plagas no suaviza el
corazón de la humanidad impía ni cambia su actitud rebelde. Esta maldice y
blasfema a Dios, quien ejecuta estas plagas.
·
La quinta
plaga
ataca el trono de la bestia. Fue Satanás quien delegó el trono en la bestia
(Apoc. 13:2). Ahora ni siquiera la sede de la autoridad de Satanás puede
resistir la fuerza de estas plagas. Como la gente sufre dolor.
·
La sexta
plaga
refleja la captura de la antigua Babilonia por parte de Ciro el Persa (ver Dan.
5). Según el antiguo historiador Herodoto, la noche en que el rey Belsasar y
sus oficiales celebraban una fiesta, los persas desviaron el Éufrates y
entraron en Babilonia por el lecho del río, tomando por sorpresa a la ciudad.
Sin embargo, como
hemos visto, su corazón sigue endurecido contra Dios y su pueblo. Por
consiguiente, se convierten en terreno fértil para el engaño final mediante el
cual Satanás inducirá al mundo a unirse contra el pueblo de Dios para borrarlo
de la faz de la Tierra.
¿Cómo descubriste lo arriesgado que es depositar tu
confianza en los seres humanos?
·
Séptima plaga: Esta última plaga consistirá en “relámpagos y voces y truenos” y
“un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han
estado sobre la tierra.
Y es que aun así no vamos a
reflexionar sobre la ira de Dios, Mucha gente dice que
estamos ante el comienzo del Apocalipsis,
hay un cambio climático, aparece el Coronavirus, se multiplican los
terremotos, Teruel existe y los jóvenes ya solo escuchan trap.
Podría ser, pero de momento únicamente
me lo estoy pensando.
¿Qué sabemos del coronavirus?
¿De dónde viene?
Es un virus contradictorio. Mientras
obliga a medio mundo a ir con máscara, cancela todas las actividades.
Aclárate,
coronavirus. Es como una gripe pero muere menos gente. Resultado: pánico
mundial. En la época de los virales, el Coronavirus es el rey.
¿Se trata del Fin del Mundo?
O solo es la primera temporada.
Vamos todos a reflexionar en que estamos
haciendo mal
Si ya las familias no se reúnen
¿Qué pasa que ahora realmente si nos
están alejando unos de otros aun de nuestros hijos?
Dejo esta reflexión de tarea para los
tantos que se creen tan poderosos que se creen no necesitar a su prójimo y aun así
claman a dios en vano.
MERCEDES ROA M.A
19/03/2020
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