Caonabo Peña, in memoriam

Por: LUIS RAMÓN DE LOS SANTOS (Monchín)

Me duele en el alma la muerte, en cierto modo esperada, de mi amigo Caonabo Peña, pero más me duele que sus amigos intelectuales, loa mismos que tantas veces aplaudieron y gustaron de sus obras no se hicieran presentes en su entierro.

Vi su ataud descansar en la tierra, vi la desolación y la ingratitud, la falta de solidaridad y la soledad que acompaña a los pobres y desheredados.

A mi en lo particular no me extrana esa soledad, porque se que no basta ser honrado y buen ciudadano para que la gente te acompañe o por lo menos derrame una lágrima en tu tránsito final, basta por lo menos en nuestro país, ser amanuense de algún dirigente político o ser rico aunque sea producto del robo a los dineros al país.

Hace algunos días vi su video implorando una ayuda para sanarse, ¿dónde estaban entonces los que se llenan el hocico diciendo que son solidarios? ¿Dónde estaban los que lo aplaudieron cuando publicaba una de sus obras literarias? ¿Dónde estaban las autoridades sanjuaneras, esa recua de indolentes y depredadores?

Vivir para ver y ver para creer. Con la muerte de Caonabo Peña, sumido en la más abyecta miseria, pierden la sociedad y la literatura sanjuaneras.

¡Qué pena carajo, y que asco de sociedad es que nos está castrando como seres indignos de pertenecer a la raza humana!