OPINIÓN: Bolívar Beltré, un eterno rebelde

Por Rubén Moreta

Definitivamente hay hombres construidos de acero, porque su fortaleza ética, ideológica, revolucionaria, intelectual, más su valía personal son indestructibles.  Han derrotado las más inverosímiles pruebas que la vida le ha impuesto.  Son invencibles.

Conozco -desde que tenía diez años-  a uno de esos faros.  Se llama Bolívar Beltré, un rebelde irreverente, contestatario y desafiante, que impugnó sin dobleces la dictadura ilustrada de Joaquín Balaguer.

Cuando llegue al Liceo Secundario Pedro Henríquez Ureña en el 1975, Bolívar Beltré  era el más fulgurante líder estudiantil.  Había otros dirigentes juveniles,  pero el más carismático era él.  Se exhibía convincentemente como el más eximio orador y polemista.  Fungía como máximo dirigente del Frente Estudiantil Flavio Suero (Feflas), un frente de masas apéndice del Movimiento Popular Dominicano (MPD).  Fricciones internas –y mendaces argumentos- empujaron su destronamiento  del MPD y su relevo del Feflas.  

Nunca olvido aquel acto lírico-cultural en el Salón de Actos del Liceo, donde ya relevado de la jefatura del Feflas, Beltré se presentó al salón y pidió un turno libre.  Hubo escarceo para complacerlo por el Maestro de Ceremonia, pero finalmente accedieron a darle la oportunidad de hablar.  Craso error. Estaba lleno el local y aquel delgado orador tomó el micrófono e improvisó un magistral discurso que terminó arengando a las masas a seguirlo, tras anunciar su paso a la Unión Nacional de Estudiantes Revolucionarios (Uner).   Se rompió el acto Feflista.  No quedó nadie en ese salón.

La Uner pasó a ser el grupo estudiantil mayoritario.  Estaban junto a él Víctor Portes, Juan Ureña, entre muchos otros bisoños, que luego despuntaron como líderes locales de partidos.

Bolívar Beltré fue víctima de persecuciones, apresamientos y tortura en los fatídicos doce años de Balaguer.  La democracia le debe mucho.  Este sanjuanero notable ofrendó su juventud, su sapiencia, sus energías para derrumbar el balaguerismo y promover la construcción de un nuevo orden social y político en el país, del que disfrutados hoy, no obstante las falencias.  

Reverente me inclino ante Bolívar Beltré.  Honor a quien honor merece.

El autor es periodista y Profesor UASD.